1.
En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar ardiente, honesto, con clara luz la tempestad serena;
y en tanto que el cabello, que en
la vena
del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena:
coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre.
Marchitará la rosa
el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.
Garcilaso de la Vega
3.
Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo: vos sola lo escribisteis; yo lo leo tan solo que aun de vos me guardo en esto.
En esto estoy y estaré siempre puesto,
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo, tomando ya la fe por presupuesto.
Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma misma os quiero;
cuanto tengo
confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir, y por vos muero.
Garcilaso
de la Vega
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2.
Mientras por competir con tu cabello
oro
bruñido al sol relumbra en vano.
Mientras con
menosprecio en medio del llano
mira tu blanca frente el lilio bello.
Mientras a cada labio, por cogerlo,
siguen más ojos que
al clavel temprano.
Y mientras triunfa
con desdén lozano
del luciente
cristal tu gentil cuello.
Goza cuello, cabello,
labio y frente
antes que lo que
fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel,
cristal luciente,
no solo en plata o
víola troncada
se vuelva, mas tú y
ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo en sombra, en nada.
Góngora
4.
Cerrar podrá mis ojos la postrera
sombra que me llevare el blanco
día,
y podrá desatar esta alma mía
hora a su afán ansioso lisonjera;
Mas no, de esotra parte, en la
ribera,
dejará la memoria, en donde
ardía:
nadar sabe mi llama el agua fría,
y perder el respeto a ley severa.
Alma a quien todo un dios prisión
ha sido,
venas que humor a tanto fuego han
dado,
medulas que han gloriosamente
ardido:
Su cuerpo dejará, no su cuidado;
serán ceniza, mas tendrán
sentido;
polvo serán, mas
polvo enamorado.
Quevedo
|
5.
¡Fue sueño ayer; mañana
será tierra!
¡Poco antes, nada;
y poco después, humo!
¡Y destino
ambiciones y presumo
apenas punto al
cerco que me cierra!
Breve combate de
importuna guerra,
en mi defensa soy
peligro sumo;
y mientras con mis
armas me consumo,
menos me hospeda el
cuerpo, que me entierra.
Ya no es ayer; mañana
no ha llegando;
hoy pasa, y es, y fue,
con movimiento
que a la muerte me
lleva despeñado.
Azadas son la hora
y el momento,
que, a jornal de mi
pena y mi cuidado,
cavan en mi vivir
mi monumento
Quevedo
|
6.
Ir y quedarse, y con quedar
partirse,
Partir sin alma, ir con
alma ajena,
Oír la dulce voz de una
sirena
Y no poder del árbol
desasirse.
Arder como la vela y
consumirse,
Haciendo torres sobre
tierna arena;
Caer de un cielo, y ser demonio
en pena,
Y de serlo jamás
arrepentirse;
Hablar entre las mudas
soledades,
pedir prestada sobre fe
paciencia,
Y lo que es temporal
llamar eterno;
Creer sospechas y negar
verdades,
Es lo que llaman en el
mundo ausencia,
Fuego en el alma, y en la vida infierno
Lope de Vega
|
7.
¡Ay Floralba! Soñé
que te... ¿dirélo?
Sí, pues que sueño
fue: que te gozaba.
¿Y quién, sino un
amante que soñaba,
juntara tanto
infierno a tanto cielo?
Mis llamas con tu nieve
y con tu hielo,
Cual suele opuestas
flechas de su aljaba,
Mezclaba Amor, y
honesto las mezclaba,
Como mi adoración
en su desvelo.
Y dije: “Quiera
Amor, quiera mi suerte,
Que nunca duerma
yo, si estoy despierto,
Y que si duermo,
que jamás despierte.”
Mas desperté del
dulce desconcierto;
Y vi que estuve vivo
con la muerte,
Y vi que con la vida
estaba muerto.
Quevedo
|
8.
Desmayarse,
atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo, alentado, mortal, difunto, vivo, leal, traidor, cobarde y animoso;
no hallar
fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo, enojado, valiente, fugitivo, satisfecho, ofendido, receloso;
huir del
rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor suave, olvidar el provecho, amar el daño;
creer que
un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño, esto es amor: quien lo probó lo sabe.
.
Lope de
Vega
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9
Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
érase una nariz superlativa,
érase una alquitara medio viva,
érase un peje espada mal barbado;
era un reloj de sol mal encarado.
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.
érase un elefante boca arriba,
érase una nariz sayón y escriba,
un Ovidio Nasón mal narigado.
Érase el espolón de una galera,
érase una pirámide de Egito,
los doce tribus de narices era;
érase una pirámide de Egito,
los doce tribus de narices era;
érase un naricísimo infinito,
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal, morado y frito
frisón archinariz, caratulera,
sabañón garrafal, morado y frito
Poderoso
caballero es don Dinero.
Madre, yo al oro me humillo,
él es mi amante y mi amado,
pues de puro enamorado 5
de continuo anda amarillo;
que pues, doblón o sencillo,
hace todo cuanto quiero,
poderoso caballero
es don Dinero. 10
Nace en las Indias honrado
donde el mundo le acompaña;
viene a morir en España
y es en Génova enterrado;
y pues quien le trae al lado 15
es hermoso aunque sea fiero,
poderoso caballero
es don Dinero.
Es galán y es como un oro;
tiene quebrado el color, 20
persona de gran valor,
tan cristiano como moro;
pues que da y quita el decoro
y quebranta cualquier fuero,
poderoso caballero 25
es don Dinero.
Son sus padres principales,
y es de noble descendiente,
porque en las venas de oriente
todas las sangres son reales; 30
y pues es quien hace iguales
al duque y al ganadero,
poderoso caballero
es don
Dinero.
|
Mas ¿a quién no maravilla 35
ver en su gloria sin tasa
que es lo menos de su casa
doña Blanca de Castilla?
Pero pues da al bajo silla,
y al cobarde hace guerrero, 40
poderoso caballero
es don Dinero.
Sus escudos de armas nobles
son siempre tan principales,
que sin sus escudos reales 45
no hay escudos de armas dobles;
y pues a los mismos robles
da codicia su minero,
poderoso caballero
es don Dinero. 50
Por importar en los tratos
y dar tan buenos consejos,
en las casas de los viejos
gatos le guardan de gatos;
y pues él rompe recatos 55
y ablanda al jüez más severo,
poderoso caballero
es don Dinero.
Y es tanta su majestad,
aunque son sus duelos hartos, 60
que con haberle hecho cuartos,
no pierde su autoridad;
pero, pues da calidad
al noble y al pordiosero,
poderoso caballero 65
es don Dinero.
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