sábado, 16 de enero de 2016

Lectura del Quijote

Has de realizar una reflexión sobre la lectura del Quijote. Se trata, por tanto, de un texto de carácter expositivo-argumentativo, ya que vas a analizar un tema basándote en la lectura y búsqueda de información (sería la parte expositiva), pero también irás dando tu opinión sobre lo que vas señalando (parte argumentativa)

El artículo tendrá dos partes:

I. Estudio sobre una de estas cuestiones:

  1. Describe y analiza la relación entre don Quijote y Sancho (sobre todo con lo que ocurre en esta segunda parte)
  1. ¿Qué función desempeñan el barbero, el cura y Sansón Carrasco a lo largo de todo el libro?
  1. La evolución de los personajes es uno de los elementos característicos de la novela. Comenta desde un punto de vista personal cómo ves reflejado en el libro lo que se ha llamado “el proceso de quijotización de Sancho y el proceso de sanchificación de Quijote”.
  1. Analiza la actitud de las personas que en esta segunda parte se burlan de Quijote y Sancho.
  1. El Quijote es una parodia de los libros de caballería. ¿Te parece que el sentido del libro se acaba en el combate de los libros de caballería? ¿Qué aspectos de la sociedad actual crees que criticaría o  parodiaría hoy Cervantes?
II. Valoración de tu lectura sobre el Quijote

NOTA:

§  Se puede consultar cualquier fuente (libros, revistas, internet) pero has de poner la bibliografía.
§  Si se quieren citar frases o párrafos textuales habrá de ponerse entre comillas e indicar la fuente ( ej.: II parte, cap XXI)

§  El trabajo ha de tener un sentido personal y a ser posible, creativo)

jueves, 14 de enero de 2016

Tópicos literarios


·         EL AMOR Y LA AMADA

1.      AMOR POST MORTEM (AMOR MÁS ALLÁ DE LA MUERTE):
Carácter eterno del amor, sentimiento que perdura después de la muerte física.

2.      AMOR BONUS (AMOR BUENO):
Carácter positivo del amor espiritual.

3.      DESCRIPTIO PUELLAE (DESCRIPCIOÓN DE LA JOVEN):
Descripción física enumerativa-gradativa de una joven siguiendo un orden descendente: cabeza, cuello, manos...

4.      AMOR FERUS (AMOR SALVAJE):
Carácter negativo del amor físico, de la pasión sexual.

5.      AMOR MIXTUS (AMOR MIXTO):
Carácter complejo del amor físico y espiritual, cuando se dan conjuntamente.

6.      FUROR AMORIS (EL AMOR APASIONADO):
Concepción del amor como una enfermedad que niega todo poder a la razón.

7.      IGNIS AMORIS (EL FUEGO DEL AMOR):
Concepción del amor como fuego interior.

·         EL PASO DEL TIEMPO

8.      UBI SUNT (¿DÓNDE ESTÁN?):
Carácter desconocido del más allá, de la otra orilla de la muerte, materializado en interrogaciones retóricas acerca del destino o paradero de grandes hombres que han muerto.

9.      CARPE DIEM (GOZA DE ESTE DÍA):
Invitación al goce de los años de juventud (= día) y al aprovechamiento del momento, antes de que el inevitable paso del tiempo nos conduzca a la vejez y a la muerte.

10. FUGIT IRREPARABILE TEMPUS / TEMPUS FUGIT (EL TIEMPO PASA IRREMEDIABLEMENTE):
Carácter irrecuperable del tiempo vivido: evocación de la condición fugaz de la vida humana.

11.  HOMO VIATOR (EL HOMBRE VIAJERO):
Carácter itinerante del vivir humano, considerada la existencia como "camino", viaje o peregrinación.

·         LA MUERTE

12.    OMNIA MORS AEQUAT (LA MUERTE IGUALA A TODOS)
Carácter igualatorio de la muerte, que en su poder, no discrimina a sus víctimas ni respeta jerarquías.

13.    VITA-FLUMEN(LA VIDA COMO UN RÍO)
Carácter fluyente de la existencia humana, como un  río que avanza, sin detenerse, hasta fundirse en el mar, su muerte.

14.     VITA SOMNIUM (LA VIDA COMO SUEÑO)
La vida entendida como un sueño irreal, una ficción extraña y pasajera.

15.     VITA THEATRUM  (LA VIDA COMO UN TEATRO)
Carácter representativo de la existencia humana, presentada como dramatización única e irrepetible del propio papel vital.
  
·         LA NATURALEZA

1.      BEATUS ILLE (DICHOSO AQUEL):
Elogio de la vida campesina, rural, frente al ajetreo urbano y cortesano.

2.      LOCUS AMOENUS (LUGAR AGRADABLE):
Carácter mítico del paisaje ideal, descrito bucólicamente a través de sus diversos componentes (prado, arroyo, árbol...) y relacionado, casi siempre, con el sentimiento amoroso.

martes, 12 de enero de 2016

Gutiérrez de Cetina

Ojos claros, serenos...

Ojos claros, serenos,
si de un dulce mirar sois alabados,
¿por qué si me miráis miráis airados?
Si cuanto más piadosos,
más bellos parecéis a aquel que os mira,
no me miréis con ira,
porque no parezcáis menos hermosos.
¡Ay, tormentos rabiosos!
Ojos claros, serenos,
ya que así me miráis, miradme al menos.

Soneto III

Entre armas, guerra, fuego, ira y furores
que al soberbio francés tienen opreso,
cuando el aire es más turbio y más espeso,
allí me aprieta el fiero ardor de amores.

Miro al cielo, los árboles, las flores,
y en ellos hallo mi dolor expreso;
que en el tiempo más frío y más avieso
nacen y reverdecen mis temores.

Digo llorando: "¡Oh dulce primavera!
¿Cuándo será que a mi esperanza vea,
verde, prestar al alma algún sosiego?"

Mas temo que mi fin mi suerte fiera

tan lejos de mi bien quiere que sea
entre guerra y furor, ira, armas, fuego.

lunes, 11 de enero de 2016

Sonetos, Garcilaso de la Vega

Soneto I


Cuando me paro a contemplar mi estado,
y a ver los pasos por do me ha traído,
hallo, según por do anduve perdido,
que a mayor mal pudiera haber llegado;

mas cuando del camino estó olvidado,
a tanto mal no sé por dó he venido;
sé que me acabo, y más he yo sentido
ver acabar conmigo mi cuidado.

Yo acabaré, que me entregué sin arte
a quien sabrá perderme y acabarme,
si ella quisiere, y aun sabrá quererlo;

que pues mi voluntad puede matarme,
la suya, que no es tanto de mi parte,
pudiendo, ¿qué hará sino hacerlo?


Soneto V

Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo;
vos sola lo escribistes, yo lo leo
tan solo, que aun de vos me guardo en esto.


En esto estoy y estaré siempre puesto;
que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo,
de tanto bien lo que no entiendo creo,
tomando ya la fe por presupuesto.


Yo no nací sino para quereros;
mi alma os ha cortado a su medida;
por hábito del alma misma os quiero;


cuanto tengo confieso yo deberos;
por vos nací, por vos tengo la vida,
por vos he de morir y por vos muero.


Soneto X

¡Oh dulces prendas por mí mal halladas,
dulces y alegres cuando Dios quería!
Juntas estáis en la memoria mía,
y con ella en mi muerte conjuradas.


¿Quién me dijera, cuando las pasadas
horas en tanto bien por vos me vía,
que me habíais de ser en algún día
con tan grave dolor representadas?


Pues en un hora junto me llevastes
todo el bien que por término me distes,
llevadme junto al mal que me dejastes.


Si no, sospecharé que me pusistes
en tantos bienes, porque deseastes
verme morir entre memorias tristes.


Soneto XV

Si quejas y lamentos pueden tanto, 
que enfrenaron el curso de los ríos, 
y en los diversos montes y sombríos 
los árboles movieron con su canto; 

si convertieron a escuchar su llanto 
los fieros tigres, y peñascos fríos; 
si, en fin, con menos casos que los míos 
bajaron a los reinos del espanto, 

¿por qué no ablandará mi trabajosa 
vida, en miseria y lágrimas pasada, 
un corazón conmigo endurecido? 

Con más piedad debría ser escuchada 
la voz del que se llora por perdido 
que la del que perdió y llora otra cosa.

  
Soneto XXIII

En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;


y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco enhiesto
el viento mueve, esparce y desordena;


coged de vuestra alegre Primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.



Marchitará la rosa el viento helado;
todo lo mudará la edad ligera,
por no hacer mudanza en su costumbre.



domingo, 10 de enero de 2016

Quevedo, poemas


A una nariz

Érase un hombre a una nariz pegado,
érase una nariz superlativa,
érase una nariz sayón y escriba,
érase un pez espada muy barbado.

Era un reloj de sol mal encarado,
érase una alquitara pensativa,
érase un elefante boca arriba, 
era Ovidio Nasón más narizado

Érase un espolón de una galera,
Érase una pirámide de Egipto;
las doce tribus de narices era.

Érase un naricísimo infinito,
muchísimo nariz, nariz tan fiera,
que en la cara de Anás fuera delito.


¡Ah de la vida!" ... ¿Nadie me responde?

¡Ah de la vida!" ... ¿Nadie me responde?
¡Aquí de los antaños que he vivido!
La Fortuna mis tiempos ha mordido;
las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde,
la salud y la edad se hayan huido!
Falta la vida, asiste lo vivido,
y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado;
hoy se está yendo sin parar un punto;
soy un fue, y un será y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto
pañales y mortaja, y he quedado
presentes sucesiones de difunto.


Amor constante más allá de la muerte...

Cerrar podrá mis ojos la postrera 
sombra que me llevare el blanco día, 
y podrá desatar esta alma mía 
hora a su afán ansioso lisonjera;

mas no de esotra parte en la ribera 
dejará la memoria en donde ardía: 
nadar sabe mi llama la agua fría, 
y perder el respeto a ley severa.

Alma a quien todo un dios prisión ha sido, 
venas que humor a tanto fuego han dado, 
medulas, que han gloriosamente ardido,

su cuerpo dejarán, no su cuidado; 
serán cenizas, mas tendrán sentido; 
polvo serán, mas polvo enamorado.


Amor impreso en el alma...

Si hija de mi amor mi muerte fuese, 
¡qué parto tan dichoso que sería 
el de mi amor contra la vida mía! 
¡Qué gloria que el morir de amar naciese!

Llevara yo en el alma, adonde fuese, 
el fuego en que me abraso, y guardaría 
su llama fiel con la ceniza fría, 
en el mismo sepulcro en que muriese.

De esotra parte de la muerte dura, 
vivirán en mi sombra mis cuidados, 
y más allá del Lethe mi memoria.

Triunfará del olvido tu hermosura; 
mi pura fe y ardiente, de los hados, 
y el no ser por amar, será mi gloria...

Definiendo el amor

Es hielo abrasador, es fuego helado,
es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,
un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,
que dura hasta el postrero parasismo,
enfermedad que crece si es curada.

Éste es el niño Amor, éste es tu abismo:
mirad cuál amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo.


Fue sueño ayer, mañana será tierra...

Fue sueño ayer, mañana será tierra. 
¡Poco antes nada, y poco después humo! 
¡Y destino ambiciones, y presumo 
apenas punto al cerco que me cierra!

Breve combate de importuna guerra, 
en mi defensa, soy peligro sumo, 
y mientras con mis armas me consumo, 
menos me hospeda el cuerpo que me entierra.

Ya no es ayer, mañana no ha llegado;
hoy pasa y es y fue, con movimiento
que a la muerte me lleva despeñado.

Azadas son la hora y el momento 
que a jornal de mi pena y mi cuidado 
cavan en mi vivir mi monumento.
Miré los muros de la patria mía...

Miré los muros de la patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de la carrera de la edad cansados,
por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo; vi que el sol bebía
los arroyos del yelo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa; vi que, amancillada,
de anciana habitación era despojos;
mi báculo, más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada,
y no hallé cosa en que poner los ojos
que no fuese recuerdo de la muerte.


Letrilla satírica

Madre, yo al oro me humillo; 
él es mi amante y mi amado, 
pues, de puro enamorado, 
de contino anda amarillo. 
Que pues, doblón o sencillo, 
hace todo cuanto quiero 
poderoso caballero 
es don Dinero. 

Nace en las Indias honrado, 
donde el mundo le acompaña; 
viene a morir en España, 
y es en Génova enterrado. 
Y pues quien le trae al lado 
es hermoso, aunque sea fiero, 
poderoso caballero 
es don Dinero. 

Es galán y es como un oro, 
tiene quebrado el color 
persona de gran valor, 
tan cristiano como moro. 
Pues que da y quita el decoro 
y quebranta cualquier fuero 
poderoso caballero 
es don Dinero. 

(…)

sábado, 9 de enero de 2016

Garcilaso de la Vega. Églogas (selección)



Fragmento de la Egloga I

El dulce lamentar de dos pastores,
Salicio juntamente y Nemoroso,
he de cantar, sus quejas imitando;

SALICIO

5
    ¡Oh más dura que mármol a mis quejas
y al encendido fuego en que me quemo
más helada que nieve, Galatea!
Estoy muriendo, y aun la vida temo;
témola con razón, pues tú me dejas,
que no hay sin ti el vivir para qué sea.
           Vergüenza he que me vea
           ninguno en tal estado,
           de ti desamparado,
y de mí mismo yo me avergüenzo ahora.
¿De un alma te desdeñas ser señora
donde siempre moraste, no pudiendo
           de ella salir un hora?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.




8

   Por ti el silencio de la selva umbrosa,
por ti la esquividad y apartamiento
del solitario monte me agradaba;
por ti la verde hierba, el fresco viento,
el blanco lirio y colorada rosa
y dulce primavera deseaba.
           ¡Ay, cuánto me engañaba!
           ¡Ay, cuán diferente era
           y cuán de otra manera
lo que en tu falso pecho se escondía!
Bien claro con su voz me lo decía
la siniestra corneja, repitiendo
           la desventura mía.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo
7    
Y tú, de esta mi vida ya olvidada,
sin mostrar un pequeño sentimiento
de que por ti Salicio triste muera,
dejas llevar, desconocida, al viento
el amor y la fe que ser guardada
eternamente solo a mí debiera.
           ¡Oh Dios!, ¿por qué siquiera,
           pues ves desde tu altura
           esta falsa perjura
causar la muerte de un estrecho amigo,
no recibe del cielo algún castigo?
Si en pago del amor yo estoy muriendo,
           ¿qué hará el enemigo?
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.7
10

     Tu dulce habla ¿quién la escuchará?
Tus claros ojos, ¿a quién los volviste?
¿Por quién tan sin respeto me cambiaste?
Tu quebrantada fe, ¿dónde la pusiste?
¿Cuál es el cuello que como en cadena
de tus hermosos brazos anudaste?
           No hay corazón que baste,
           aunque fuese de piedra,
           viendo mi amada hiedra
de mí arrancada, en otro muro asida,
y mi planta en otro olmo entretejida,
que no se esté con llanto deshaciendo
           hasta acabar la vida.
Salid sin duelo, lágrimas, corriendo.



11
Con mi llorar las piedras enternecen
su natural dureza y la quebrantan;
los árboles parece que se inclinan;
las aves que me escuchan, cuando cantan,
con diferente voz se condolecen
y mi morir cantando me adivinan;
           las fieras que reclinan
           su cuerpo fatigado
           dejan el sosegado
sueño por escuchar mi llanto triste.
Tú sola contra mí te endureciste,
los ojos aun siquiera no volviendo
           a los que tú hiciste
salir, sin duelo, lágrimas corriendo


    NEMOROSO
18

     Corrientes aguas puras, cristalinas,
árboles que os estáis mirando en ellas,
verde prado de fresca sombra lleno,
aves que aquí sembráis vuestras querellas,
hiedra que por los árboles caminas,
torciendo el paso por su verde seno:
           yo me vi tan ajeno
           del grave mal que siento,
           que de puro contento
con vuestra soledad me recreaba,
donde con dulce sueño reposaba,
o con el pensamiento discurría
           por donde no hallaba
sino memorias llenas de alegría.

20

     ¿Dónde están ahora aquellos claros ojos
que llevaban tras sí, como colgada,
mi alma, dondequiera que ellos se volvían?
¿Dónde está la blanca mano delicada,
llena de vencimientos y despojos,
que de mí mis sentidos le ofrecían?
           Los cabellos que veían
           con gran desprecio al oro
           como a menor tesoro
¿adónde están, adónde el blanco pecho?
¿Dónde la columna que el dorado techo
con proporción graciosa sostenía?
Esto todo ahora ya se encierra,
           por desventura mía,
en la oscura, desierta y dura tierra.

19

Y en este mismo valle, donde ahora
me entristezco y me canso en el reposo,
estuve ya contento y descansado,
¡Oh bien caduco, vano y presuroso!
Me acuerdo, durmiendo aquí en otro tiempo,
que, despertando, a Elisa vi a mi lado.
           ¡Oh miserable hado!
           ¡Oh tela delicada,
           antes de tiempo dada
a los agudos filos de la muerte!
Más conveniente fuera esta suerte
a los cansados años de mi vida,
           que es más que el hierro fuerte,
pues no la ha quebrantado tu partida.
22
     Divina Elisa, pues ahora el cielo
con inmortales pies pisas y mides,
y su mudanza ves, estando queda,
¿por qué de mí te olvidas y no pides
que se apresure el tiempo en que este velo
rompa del cuerpo y verme libre pueda,
           y en la tercera rueda,
           contigo de la mano,
           busquemos otro llano,
busquemos otros montes y otros ríos,
otros valles floridos y sombríos
donde descanse y siempre pueda verte
           ante los ojos míos,
sin miedo y sobresalto de perderte?


Nunca pusieran fin al triste lloro
los pastores, ni fueran acabadas
las canciones que solo el monte oía,
si mirando las nubes coloradas,
al tramontar del sol orladas de oro,
no vieran que era ya pasado el día...


Comienzo de la Egloga  III
Aquella voluntad honesta y pura,
ilustre y hermosísima María,
que en mí de celebrar  tu hermosura,
tu ingenio y  tu valor solía,
a despecho y pesar de la ventura
que por otro camino me desvía,
está y estará en mí tanto clavada
cuanto del cuerpo el alma acompañada.

E incluso me imagino que no me toca
este oficio solamente en vida;
mas con la lengua muerta y fría en la boca,
pienso mover la voz a ti debida.
Libre mi alma de su estrecha roca,
por el estigio lago conducida,
celebrándote irá, y aquel sonido
hará parar las aguas del olvido.