I
Recuerde el alma dormida
avive
el seso e despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida;
5 cómo
se viene la muerte
tan
callando;
Cuán
presto se va el placer;
cómo,
después de acordado,
da dolor;
10 cómo
a nuestro parecer ,
cualquier
tiempo pasado
fue
mejor
El tema
central del poema es una exhortación a reflexionar sobre el paso del tiempo. (Otros
modos de enunciar el tema: La invitación a reflexionar sobre el paso de la vida
y la llegada de la muerte).
Jorge Manrique empieza con el verbo recordar en
imperativo para mostrarnos a continuación qué es lo que debemos meditar: paso
del tiempo, llegada de la muerte, inconsistencia del placer…
En cuanto a los rasgos de estilo sabemos que Jorge Manrique se
caracteriza por ese estilo sencillo pero cuidado a la vez. En el poema destacan
varios recursos retóricos:
En primer lugar destaca el comienzo de los
versos 1 y 2 con el uso del imperativo ("recuerde... avive),
resaltando la función apelativa del
lenguaje y no sólo la expresiva o poética (que estará presente en toda la
obra), como podría deducirse del título del libro. La intención reflexiva del
autor queda clara desde el inicio del libro.
Un elemento muy utilizado en el poema es el
recurso de repetición: por un lado el uso del paralelismo, repetición de la
estructura sintáctica, en los vv. 1-2 y en los vv 4-5 y, por otro,el uso de la
anáfora al repetir el adverbio interrogativo "cómo" al inicio de los vv. 4,
5, 8 y 10.
Hay que destacar también las antítesis
que utiliza entre "vida-muerte" en los vv. 4-5 y "placer-dolor" en los vv. 7-9. El autor quiere hacer que esa meditación sobre
el paso del tiempo abarque todos los aspectos de la vida. Nada, en este mundo,
es para siempre.